LA PARROQUIA “ROJA”.
Parroquia de San Carlos Borromeo. Tres curas rojos. El Obispado de Madrid emite un nuevo comunicado de prensa llamándolos al orden. Esto parece el cuento de nunca acabar ¿ No está ya bien?. Los laicos estamos cansados, hartos y aburridos de tanto clérigo progre y de tanto ateo blasfemo.
La Iglesia es una sociedad con un componente humano y otro divino. Por la parte humana es una sociedad obligada a regirse por normas específicas ante la sociedad, como no puede ser de otra forma. A esas normas o leyes deberíamos atenernos todos sin componendas de ningún tipo.
¿Cómo actúa cualquier asociación, empresa o grupo?
Siempre y en primer lugar, obedeciendo a sus superiores : Al general en el ejercito; al alcalde en el ayuntamiento; al patrono en la empresa; al obispo en la Iglesia;…Si no hay obediencia, no hay empresa. En consecuencia, los sabios de turno y los rebeldes de pacotilla son puestos sin miramientos de patitas en la calle.
¿Qué los tres curas en cuestión quieren una Iglesia a su gusto? Muy bien, que se marchen, pero que no traicionen sus compromisos ni a los fieles.
La rebelión en el ejército en tiempos de guerra se castiga con la muerte. En el mundo empresarial se los despide y quedan con el culo al aire; en la política, simplemente “no salen en la foto” Sin embargo, parece ser que solo a la Iglesia se la puede chulear sin ningún tipo de consecuencias y con el aplauso del respetable. Mantener a los rebeldes en sus puestos tras haber agotado todo diálogo, no han servido mas que para fortalecerlos, provocar escándalos y deteriorar gravemente a la Iglesia.
En ciertos casos, la prudencia, la caridad y la paciencia se convierten en tapaderas de la cobardía o de la ineptitud de los gobernantes. Llegado el momento, Jesús cogió el látigo y corrió a los listillos a latigazos. Los echó del templo. Si tenemos que tener enemigos tengámoslos en la acera de enfrente, nunca dentro de nuestra casa.
El chuleo que estos ¿curas? se traen con su Obispo y con la Iglesia ha rebasado todos los límites. Sobran motivos para excomulgarlos - traducción laica de ponerlos de patitas en la calle-, y que ellos , estamos en democracia, creen su secta particular. No pasa nada. Ya existen más de treinta mil sectas.
La Iglesia tiene, además, un componente divino: su victoria sobre el mundo está asegurada, pues Cristo prometió: “Yo estaré con vosotros hasta la consumación de los siglos” Y El Papa remachó : “No tengáis miedo”. ¡Ánimo! Limpiemos la casa de Dios de falsos Mesías.
Mérida ( España) 14 de julio de 2007
Alejo Fernández Pérez
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